Llámame loca, pero voy a seguir
aprendiendo griego porque ya le he pillado el puntito. Con lo que he
podido balbucear los lugareños me han tomado como griega, me preguntaron
si mis padres eran griegos y que lo hablaba bien. Ellos se sintieron
halagados de que una extranjera quisiese relacionarse en griego, al
parecer algo insólito, y yo más feliz y satisfecha, me "sembra che posso
morire con tutto fatto"... nos regalaban platos de sandía (καρπούζι) y
pasteles καταϊφι.