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jueves, 7 de noviembre de 2013

Nuestro viaje a Creta, del 2 al 12 de septiembre

(Articulo escrito por José Miguel)El verano pasado dedicamos 9 días a Sicilia (siempre con Zagara Travel). Este hemos dedicado 10 a Creta (siempre a principio de septiembre) y, si de Sicilia volvimos satisfechos, de Creta yo diría que todavía más (¿quizás por ser el más reciente?).

Nuestro punto de entrada fue Chania (vuelo Zaragoza-Milán, Milán-Chania). Llegada sobre las 21h del día 2. Recogida del coche de alquiler en el aeropuerto y carretera hasta el primer hotel, en Ano Vouves, bien orientados por la documentación proporcionadas por Zagara... con el TomTom (para mí compañero imprescindible en los viajes) siempre dispuesto a minimizar los efectos de cualquier despiste.


Algunos comentarios respecto a las carreteras de Creta:

- La mayoría son estrechas (Creta es muy montañosa), sin señalización horizontal (ni vertical, apenas) y las que dan para una doble vía (sus autovías) suelen tener la divisoria doble y continua de forma casi permanente, aunque muy desvanecida... y, realmente, nadie les hace mucho caso. Hay que adaptarse a su forma de circular
- Así que conviene ir con tranquilidad, por lo ya dicho y porque las propias carreteras son frecuente fuente de panorámicas de las que merece la pena disfrutar
- Afortunadamente para los visitantes, los carteles anuncian las ciudades en caracteres latinos (junto con los griegos) y, habitualmente, las indicaciones están también en inglés.

En el primer alojamiento pasamos cuatro noches, muy bien atendidos por Jo y sus colaboradores (tuvieron el detalle de guardarnos una abundante cena, que nos sirvieron en la habitación, aunque llegamos pasadas las 22h). El hotel, en pleno campo de olivos, realmente agradable, muy bien cuidado, limpio, tranquilo, con una espléndida piscina y con el mar al fondo (en Creta casi siempre se tiene el mar al fondo...). Por las mañanas era una delicia desayunar (barra libre de embutido, queso, huevos, yogur, café, repostería, mermelada, mantequilla, zumo de naranja natural...) bajo un árbol, mientras preparábamos la ruta del día.


 El primer alojamiento fue el punto de partida para visitar:

- El primer día Chania (sus calles, sus iglesias, su puerto...) de día y de noche (sus animados chiringuitos, sus tabernas...). Nosotros cenamos (dos veces) en la taberna Tanam, en el casco histórico: muy recomendable tanto por sus platos, como por la atención, como por el local (mejor elegir la zona antigua, más "auténtica", que la ampliación), como por el ambiente, como por el precio. El Monasterio de Tsangorolon (AgiaTriada), Marathi (pueblo marítimo), Aptera (y los restos arqueológicos de su castillo) y Vamos (un pueblo con estructura y casas tradicionales).

- El segundo día lo dedicamos las playas de Falasarna y Balos. Balos es un sitio distinto que hay que ganarse con una caminata (de bajada para ir, que se convierte en subida para volver) de 45minutos, pero que vale la pena... aunque haya quien no pueda evitar pensar en quienes tuvieron que tallar las escaleras en la roca...

- Para el tercer día elegimos la garganta de Imbros. Son algo más de dos horas de un agradable paseo sobre un espectáculo natural. Nosotros optamos por dejar el coche en Kommitades, el pueblo donde desemboca en el mar, y recurrir a uno de los muchos transportes, taxi (20€) o autobús que, desde cualquier bar o taberna te trasladan principio. Cerramos el día con la visita a la playa y el castillo de Fragocastelo, tras premiarnos con un reparador zumo de naranja en un chiringuito a la orilla del mar (en Creta, lo normal es que los zumos de naranja sean naturales, servidos fríos y en vaso palmero).
Imbros
 - El cuarto día, de camino a nuestro siguiente alojamiento en el sureste de la isla, visitamos la ciudad fortaleza de Rethymno (sus calles, sus iglesias, su fuente, su puerto...) y el Monasterio de Arkadi.
Monasterio de Arkadi
Tras 250km desde el origen, llegamos a nuestro siguiente alojamiento cerca de Lerapetra. Se trata de un lugar muy singular, en pleno monte (pero a 20min en coche de la civilización), con habitaciones/viviendas recuperadas de hace algún ¿centenar? de años pero bien acondicionadas. Cena con encanto (buenos platos, buenas vistas, buena atención...), siguiendo la recomendación de nuestra anfitriona, Mikaela, en el cercano pueblecito de Pefki (todavía más perdido en el monte), en Piperia Taverna.
 
 Desde el segundo alojamiento:

- El primer día visitamos Sitia (apacible ciudad marítima), el Monasterio de Toplou, Vai (bosque de palmeras y baño en su playa), Itanos (yacimiento arqueológico), para acabar cenando en KatoZakros, en la taverna Platanakis. Todo, el monasterio, el bosque, el baño, el yacimiento y la taberna muy de nuestro gusto. Recomendable. La carretera de vuelta hasta el alojamiento, sólo tenía una curva (de 90km...) y, tras la cena, tuvimos que tomarla con tranquilidad y precaución.
Vai
- El segundo día lo dedicamos a visitar Agios Nikolaos (puerto y lago muy atractivos) y Spinalonga (playa y agradable baño, siempre en aguas cristalinas, con la isla del mismo nombre y su fortaleza al fondo), para acabar el día repitiendo visita a Piperia Taverna, en Pefki.
Spinalonga
- Al día siguiente pusimos rumbo a nuestro siguiente destino en el pueblo de KatoAsites, en el centro de la isla, a 30km al sur de Heraklio, por una carretera (al sur) que presenta una cara de Creta (la meseta) muy distinta de la norte (siempre ondulada).

- De camino, y azotados por un fortísimo viento (que por allí no debe ser muy infrecuente) visitamos el yacimiento arqueológico de Festos (vale la pena) y la playa de Matala, muy curiosa, con su ladera de cuevas seminaturales  en otro tiempo habitadas.                                                                                          
Matala
Nuestro alojamiento en KatoAsites (pueblo muy tranquilo), sencillamente encantador: instalaciones (piscina, zona verde...), habitaciones tipo apartamento amplias, limpias, cómodas... perfectamente atendidos por Niko y por Heleni, que nos traía todas las mañanas a la habitación un espectacular desayuno.

 Desde aquí:

- El primer día lo dedicamos a Heraklio (por supuesto es visita obligada, aunque no tiene el encanto de Chania...) y ¡cómo no! a los restos arqueológicos del palacio de Knosos, para acabar con un relajante baño en la piscina del hotel, previo a una muy agradable cena en Earino (lugar recomendado por nuestro anfitrión Niko), en el mismo pueblo de Kato Asites y con excelentes vistas a los viñedos y los olivares de la zona. 
Fodele
- El segundo día visitamos Archanes, un pueblo con mucho encanto que ha mantenido su sabor tradicional y Fodele, cuna de El Greco pero, por delante de eso (por lo menos para nuestro gusto), muy agradable para tomar un zumo de naranja en un chiringuito a la orilla del río o para recrearse en el trabajo de las artesanas del macramé, que ofrecen sus labores alineadas en la calle principal. Muy interesante la iglesia bizantina de Panayia, frente al museo de El Greco. De vuelta a Asites, visita al Monasterio de Gorgolaini, mucho mejor conservado (y con más vida) que todos los demás, aún siendo (según información de Niko) de los más antiguos de Creta. Cena en Earino (en Kato Asites no hay muchas más alternativas para cenar ... aunque no hacen falta).



Archanes

  Con esto dimos por finalizada nuestra estancia en Creta.

J.M.C.
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1 comentario:

  1. Siempre ha sido un destino que me ha gustado y después de leer una oferta en una empresa de tours en Madrid hemos decidido reservarla para Septiembre, solo espero que no haga tanto calor como en España

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